lunes, 9 de diciembre de 2013

Vinos de muchos puntos





No hay un sistema perfecto para medir la calidad de un vino. Primero, porque la calidad no sólo tiene sus bases objetivas, también conlleva juicios subjetivos. Segundo, porque las distintas dimensiones de la calidad percibida en una cata –la visual, la olfativa, el sabor– son difíciles de cuantificar, ponderar e interrelacionar entre sí. Aun así, a los consumidores nos ayuda que exista algún sistema que mida y cuantifique la calidad para informarnos de antemano sobre el producto que queremos comprar, algo que ponga la nota al vino.
Pues bien, para esto están las guías de vino y una de las más consultadas en España es la llamada Guía Peñín, de edición anual y que recientemente ha publicado su edición 2014. Contiene valoraciones de los 231 vinos elaborados por las 5 Denominaciones de Origen de la isla de Tenerife y que se presentaron voluntariamente a la correspondiente cata gratuita en mayo de 2013. La Guía convierte el resultado de las catas en una cuantificación de la calidad sobre una escala con un máximo de 100 puntos. Los vinos con más de 90 puntos se consideran de excelente calidad.
Los resultados obtenidos por los vinos de Tacoronte-Acentejo son buenos en general, pero destacan el Humboldt blanco dulce de 1997 (95 puntos), Humboldt Verdello blanco dulce 2005 y Humboldt tinto dulce 2001 (ambos con 94 puntos), Magma de Cráter tinto crianza 2008, Humboldt blanco vendimia tardía 2005 y el Infierno Blanco Vidueño dulce 1998 (estos con 93 puntos). Les siguen con 91 puntos Cráter tinto crianza 2011 y con 90 puntos Domínguez Malvasía clásico 2010 y Presas Ocampo maceración carbónica 2012.
En estas fechas navideñas, todas estas marcas de vino son sin duda excelentes recomendaciones para sorprender a propios y extraños. Pero también nos pueden servir para extraer algunas evidencias contrarias a la rumorología reinante:
1.   Nuestra materia prima sí sirve para hacer vinos que aguanten el paso del tiempo. 1997, 1998, 2001 y 2005 son años que hemos dejado atrás ya hace tiempo. Y los vinos de aquellos años obtienen puntuaciones muy elevadas. El saber hacer parece al menos tan importante como las posibilidades de una materia prima cuidosamente seleccionada.
2.   Tacoronte-Acentejo también es capaz de hacer muy buenos vinos blancos, no sólo tintos. De hecho, entre los vinos de Tacoronte-Acentejo con más de 90 puntos hay más blancos que tintos. Ahora que los blancos se vuelven a poner de moda conviene tenerlo en cuenta (y contarlo).
3.   Hay un vino joven entre los que sacan 90 o más puntos y es una maceración carbónica. Demuestra que tenemos potencial para este tipo de elaboraciones, denostado por algunos pero muy aceptado por el público general, y que también en este caso un buen enólogo es un ingrediente imprescindible. De nuevo el saber hacer

Por lo tanto, en medio del bombardeo publicitario pre-navideño de perfumes, relojes y consolas, ¿por qué no pensar en un vino selecto para disfrutarlo en compañía? Tacoronte-Acentejo tiene mucho donde elegir…


D.G.


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