lunes, 23 de abril de 2018

Km0 (y no es un coche)



En su momento, el primo de Mariano dijo (supuestamente) que no creía en el cambio climático y que no era posible predecir ni el tiempo que va hacer mañana en Sevilla. Esto fue en 2007. Hoy defiende M. que el cambio climático es el mayor reto medioambiental al que nos enfrentamos. Parece que la cosa evoluciona.

También ocurre con los estilos de vida y la alimentación. Un comportamiento cívico incluye hoy día responsabilizarse de tu consumo y que tenga en cuenta las consecuencias ambientales para tus congéneres y las futuras generaciones.

En el ámbito de la alimentación, el concepto de los alimentos de "proximidad", de "km0", o de "canales cortos", conceptos casi sinónimos, tiene relación con esta responsabilidad ambiental. Se trata de un movimiento internacional que está ganando "cuota" incluso entre las propias empresas. Si lo dudas, mira aquí el artículo de Abel Pedrós "2020: "Supermercados de proximidad. Cero emisiones"). Otro botón de muestra: en la última feria Alimentaria de Barcelona hubo reuniones entre cocineros para lograr "comedores escolares de km0", casi nada.

Y por supuesto que también para este tema habrá primos negacionistas que indican que se trata de una simple moda pasajera. Lo veremos… Mientras tanto, he aquí el argumentario a favor del km0:

·         Reduce emisiones de gases causantes del cambio climático.
·         Devuelve parte del protagonismo (y beneficio) a los productores. Fomenta la posibilidad de supervivencia de los pequeños.
·         Contribuye a crear empleo en tu entorno (vete tú a saber si para uno de los tuyos).
·         Fomenta la confianza y fidelización de los consumidores (tan aquejados de sospechas en el mundo de la alimentación y sus escándalos)
·         La proximidad entre consumidores y productores facilita la adaptación de los productos a las preferencias de los primeros (si los segundos escuchan).

Y me dirán: pero será más caro, ¿no? Puede; depende (quitar intermediarios también libera margen). Pero será más barato que el coste del cambio climático.

D.G.

1 comentario:

  1. Totalmente acertada la opinión como el símil. Comparto el análisis

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