lunes, 26 de enero de 2015

¿Son competitivos los vinos canarios?


Escucho con cierta frecuencia la afirmación contundente que los vinos canarios no son competitivos ni lo pueden ser. Y enseguida se salta a la insularidad, la accidentada orografía y los demás supuestos condicionantes naturales para respaldar esta afirmación y convertirla en algo inevitable. Se sigue argumentando que, por lo tanto, debe contar el sector con ayudas para sobrevivir en un “mundo globalizado” lleno de competidores muchos más fuertes.

Hasta aquí el cuento. Hagámonos un par de preguntas al hilo del mismo. ¿Qué es ser competitivo? Y si somos tan ineficientes, ¿cómo que no hemos desaparecido ya? ¿Sólo por las ayudas? Las ayudas “ayudan”, valga la redundancia, pero están lejos de ser la única razón de la supervivencia del viñedo canario. Para dar respuesta a la pregunta sobre la supervivencia de los ineficientes, conviene empezar por el propio concepto de competitividad, tan idolatrado en nuestros tiempos: ¿qué es ser competitivo?

Parece obvio que la competitividad tiene relación con la capacidad de sobrevivir como unidad productiva, sea como empresa individual o como sector. Esta supervivencia se logra bajo determinadas circunstancias y estos factores de entorno, la competencia, pueden ser más o menos favorables o adversos. La teoría habitual es que mayores niveles de competencia, en los denominados “mercados libres”, provocan una mayor presión sobre los actores que participan en estos mercados y que deben esforzarse para volverse más eficientes si quieren sobrevivir. Todo muy paralelo a la supervivencia de los “más aptos” de la teoría darwinista.

Pues bien, para ser de estos “más aptos” se pueden utilizar vías diferentes, a veces hasta contrapuestas. En economía las principales vías son la competitividad-precio –vender más barato–, anclada en bajos costes de producción, y la competitividad no-precio – vender algo distinto–, que depende de la diferenciación del producto a ojos del consumidor. Conviene repetirlo con claridad: no siempre hace falta ser el más barato para ser el más atractivo (si lo dudan vayan a una discoteca). A su vez, las fuentes de diferenciación del producto pueden ser múltiples, en el caso de los alimentos puede hacerse vía sabor, propiedades nutricionales, valor de marca, y un largo etcétera. Y la coletilla de “a ojos del consumidor” es sumamente relevante, porque las diferencias no percibidas no influyen en las decisiones de compra, mientras que la percepción de diferencias inexistentes sí lo hace (“¿te gusta conducir?”). Es por ello que hacer catas ciegas es interesante, porque despojado del apoyo en sus marcas, muchos vinos “parecen” otra cosa.

Volviendo al principio: los vinos canarios no son competitivos. No lo son en términos de costes de producción en comparación con Australia o Chile, pero sí lo pueden ser como productos diferenciados. Entonces, ¿qué deben hacer para diferenciarse? He aquí algunas posibilidades:

Primero, el vino en sí debe cumplir con una calidad técnica mínima y presentar un perfil organoléptico diferenciado del mainstream (“más de lo mismo no, por favor”). Sigue habiendo muchos vinos canarios mediocres en esta materia. Segundo, el vino canario permite al consumidor local contribuir al mantenimiento sostenible del entorno natural/cultural en el que vive. Esta contribución hay que hacerla visible y ponerla en valor. Tercero, la proximidad de la producción al consumidor permite desplegar una oferta de experiencias directas que el lineal del supermercado no puede ofrecer. Puedes vendimiar, pisar uva, probar mostos y compartir buenos ratos. Todo ello debe organizarse y el sector vitivinícola de Canarias sigue siendo muy débil en esta faceta de servicios colaterales.
En las últimas dos décadas hemos logrado mejorar la calidad técnica de los vinos, hemos explotado “lo nuestro”, pero poco hemos hecho para que la proximidad al consumidor se convierta en percibida y apreciada. Después de embotellar y distribuir toca enamorar…


D.G.

lunes, 19 de enero de 2015

Catar, degustar, beber y disfrutar aprendiendo




En este 2015, el amante y los nuevos iniciados en el mundo del vino, ya han empezado a disfrutar de él, aprendiendo a catar con nuestra Aula Formativa Tacoronte-Acentejo y sus nuevos cursos de cata. Éstos, dirigidos al público en general, han comenzado con una jornada de introducción a la cata en una sesión de dos horas y media de duración aproximada. Acercamos el vino al consumidor y le hicimos percibir sus sensaciones, con una metodología que les permitió disfrutar y definir los gustos que cada uno tenemos.

¿Qué sentidos participan en el disfrute de un vino y cómo se manifiestan?¿Cómo se elaboran los distintos vinos? ¿Por qué un vino es blanco, rosado o tinto? ¿Qué diferencia hay entre un vino joven y crianza? Todo ello y más han aprendido los nuevos quince alumnos que se han dejado llevar por el conocimiento de la cultura milenaria del vino.


¡Salud!


F. D.


lunes, 12 de enero de 2015

De aniversario en este blog Tacoronte-Acentejo


Aunque no lo parezca, han pasado ya dos años desde que decidimos abrir este blog. Comenzamos precisamente en el mes de enero de 2013, por lo que ahora comenzamos nuestra tercera temporada como una ventana más que sigue abierta al mundo y donde escribimos sobre diversos temas teniendo siempre al terreno vitivinícola como centro de debate.

Varias son las firmas que han participado en estos dos años de andadura, en los que cada lunes por la tarde hemos estado llegando a nuestros lectores con temas que invitan al debate vitivinícola –ya sea enológico, vitícola, de comercialización del vino o de cultura vitivinícola en su más amplia definición–  o informando sobre actividades relativas a la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo. Es nuestra intención seguir invitando a nuevas firmas a que enriquezcan este blog con sus aportaciones sobre el mundo del vino; por ello, quien desee participar colaborando en nuestro blog puede contactar con nosotros vía consejo@tacovin.com

Este 2015 que comienza con el adecuado y frío reposo invernal para nuestras viñas tras un otoño marcado por intensas lluvias en nuestra comarca, nos invita a soñar con un año de excelente cosecha. El buen hacer de nuestros viticultores trabajando nuestro paisaje semanalmente y el posterior trabajo en bodega en la finalización del vino junto a la comercialización posterior de los mismos permitirá que nuestros consumidores disfruten plenamente de  este fruto de la tierra.

En definitiva, y como dice el actual slogan de esta Denominación de Origen: “Siempre hay un motivo” … para un Tacoronte-Acentejo.

¡Salud!



Santi S.